Hijo mío - dijo Clarisa - y prosiguió - date
cuenta que atacar un internado con muchas personas y medidas de seguridad es
muy probable que fallemos en el intento, dado a que solo hay una zona donde
entrar, que además esta es visible y el factor sorpresa ya no es posible,
déjame que piense como se podía intentar y te prometo que serás el primero en
saberlo.
Lucas - Entonces espero a que me digas algo, pero
si no me quieres ayudar voy a intentarlo yo mismo aunque sea solo o muera en el
intento, ya me las arreglare, tengo a amigos dentro que me podrían ayudar.
Clarisa- Mejor me lo pones hijo pensare también
como tus amigos pueden ayudarnos, magnífica idea.
Se levanto del asiento y se fue a preparar y
pensar lo que hablamos.
Yo me quede un poco más terminando de desayunar,
un entrenamiento no me vendría mal para ponerme a disposición para patrullar,
ya que me encontraba mucho mejor.
Pasado un tiempo. . .
Llegue arriba para inspeccionar la zona, todo
estaba muy desierto y eso me dio mala espina, pero seguí adelante a pesar de
que posiblemente hubiera algún peligro eminente por el camino.
Cruce la esquina y todo era normal, pero
resultaba raro no escuchar los pájaros cantar, ni un aleteo, de pronto me caí
al suelo y ya no pude reaccionar.
Al recuperar la consciencia todo estaba oscuro,
olía a humedad pero tampoco sabía diferenciar donde estaba, solo que podría ser
un sótano y por tanto escapar siendo que estaba maniatado a una silla, seria
misión imposible, aunque tendría una posibilidad si fuera mago o tuviera
poderes.
Escuche pisadas acercándose, me quitaron la venda
de los ojos nunca podría imaginar que quien me había maniatado era la directora
del internado, pero veía todo borroso por el tiempo que había podido ser, unas
horas o incluso días para tener esos efectos en mí.
Empezó diciendo ella:
Directora - Como te atreves a querer
llevarte a una alumna de aquí, nadie a ser que yo la que los eche pueden salir
de mi casa.
Lucas - Y.. Yo - no sabía que decir pero tendría
que salirme algo que pudiera ayudarme a salir cuanto antes de aquí.
Sra. Frine - Que sepas que no vas a poder salir
de aquí fácilmente, estamos en los sótanos y nadie nos puede ni ver ni oír.
L - Mierda, tiene la capacidad de leer la mente y
lo que estoy pensando, dije sin darme cuenta que me estaba escuchando.
De pronto me paso por la cara una mano que casi
me dobla el cuello, - Esto es por tu malos modales señorito, a mi se me habla
con más respeto.
L - ¿Cuándo piensas sacarme de aquí? ¿Sabes que
lo que estás haciendo es delito?
D – Nunca te sacare de aquí, tu amiguita Daniela
me ha contado todo y eres mitad humano mitad vampiro, si ya eres vampiro
completo, así que te sacaremos cuando salga el sol y puedas sufrir lo que es
una quemadura por culpa del sol, te mereces ese escarmiento para que no vuelvas
a poner ni un solo pie en esta mi escuela.
L - Noo!! Por favor no sea tan cruel, a mí a lo
único que me puede prohibir es no volver pero yo estoy totalmente enamorado de
Daniela, y eso nunca me lo vas a poder quitar, si ya estoy aquí no me iré de
aquí sin ella, ella me quiere, yo la quiero, eso es lo suficiente para que los
dos seamos felices.
Me puso un pie en medio de la silla y me tiro al
suelo, me puso el antifaz diciendo:
D - Así estarás más cómodo hasta que vuelva a
aparecer.
L - Como te coja maldita bruja no voy a estar
tranquilo hasta que acabe contigo me has oído.
Frine - Eso ya lo veremos.
Se fue de la habitación carcajeándose mientras
subía las escaleras, sentía las risas cada vez más lejos, cuando me quede
totalmente solo, intentaba sacarme la cuerda a como diera lugar, con la
tremenda suerte de que había un trozo de cuerda en mal estado o podrida por que
de tanto forzarla se soltó.
Me quite el antifaz, no se veía nada en claro,
todo oscuro y luz a lo lejos, cada vez se me iba clareando la vista y pude ver
la escalera y la luz en la puerta, subí las escaleras poco a poco para que no
me escucharan, llegue la puerta a ver si podría identificar a alguien para
salir lo antes posible sin ser visto, necesitaba ayuda y pronto si quería salir
de ahí ileso.
Continuara . . .
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